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Artículo de Vicenç Navarro, 13 de julio de 2011

Este artículo analiza el debate sobre el tema fiscal que está ocurriendo en el Congreso de Estados Unidos y su relevancia a España y sus Comunidades Autónomas, incluyendo Catalunya.

Existe un debate en el Congreso de EEUU que es de particular relevancia para España. Por un lado está el Partido Republicano (hoy dominado por el Tea Party, un movimiento de ultraderecha instrumentalizado y promovido por el capital financiero y por la gran patronal) que está proponiendo recortes del gasto público social, tales como las pensiones públicas y la sanidad financiada públicamente, como manera de reducir el déficit público del Estado. Proponen también la reducción de los impuestos como medida –según ellos- de aumentar la demanda y así estimular la economía y crear empleo.

 El Partido Demócrata (y en su momento el Presidente Obama) se ha opuesto a tales recortes sociales y también a la reducción de impuestos. Como medida alternativa para reducir el déficit público propone la eliminación de los recortes de impuestos que el Presidente Bush había aprobado para las rentas superiores, y con el gasto público generado por esta medida crear empleo, y muy en particular en las infraestructuras físicas y sociales del país (incluyendo en los servicios del estado del bienestar, tales como la sanidad).

 En España, el gobierno Zapatero a nivel del estado central, y el gobierno Mas en Catalunya, están recortando sustancialmente el gasto publico social (CiU más que el PSOE) para reducir el déficit del estado central y de la Generalitat. Este último también ha disminuido los impuestos como medida para estimular la economía, medida que ha sido propuesta incluso con mayor contundencia por el partido de la oposición en España (el PP) en caso de que gobernara en un futuro próximo. Ningún partido gobernante, sin embargo, ha propuesto las medidas de aumento de los impuestos a las clases más adineradas con el objetivo de producir empleo. A lo máximo que han llegado (en el caso del gobierno Zapatero) ha sido a aumentar los impuestos al consumo para cubrir y reducir el déficit público, pero no para crear empleo. Únicamente los partidos a la izquierda del PSOE han hecho propuestas de aumentar los impuestos sobre la banca y sobre las renta superiores y con el nuevo gasto público crear empleo, propuestas ignoradas en el debate político y mediático del país, hasta hace unos días, cuando el candidato del PSOE a la presidencia del país, el Sr. Rubalcaba, hizo unas propuestas moderadas en esta dirección, abriendo las posibilidades de que se inicie un debate sobre políticas públicas alternativas a las políticas de austeridad y recortes del gasto público (incluyendo el social).

Las propuestas neoliberales para salir de la crisis

El argumento que los republicanos estadounidenses utilizan para defender su propuesta de reducción de gasto público y bajada de impuestos como medida para estimular la economía, es referirse a lo ocurrido a principios de la década de los años ochenta durante la Administración Reagan. Indican que la reducción de gasto público y de impuestos llevada a cabo en 1981 por la Administración Reagan fue responsable de la recuperación de la estancada economía estadounidense. El problema con este argumento es que tiene toda la evidencia existente en contra, como bien ha señalado nada menos que el que fue el Director de la Oficina del Presupuesto de la Administración Reagan, el Sr. David Stockman. En una entrevista en el programa de la televisión estadounidense, ABC, David Stockman indicó que había sido un error bajar los impuestos en 1981. En realidad, la concienciación de tal error fue que se cambiara de política y se aumentaran los impuestos. En contra de lo que indican los neoliberales, el Presidente Reagan ha sido el presidente de EEUU que más ha subido los impuestos en tiempos de paz. Bajó los impuestos de los súper ricos y ricos y rentas superiores, pero subió los impuestos de todos los demás, (el 80% de la población), no sólo una, sino dos veces. Este aumento de impuestos subió los ingresos del Estado, que se invirtieron en el sector militar. El gasto público aumentó. Bajó en las áreas sociales, pero aumentó enormemente en las áreas militares. Esta inversión (más el crecimiento del déficit público por encima de un 6% del PIB) explica, según David Stockman, la recuperación económica. De ahí que el Sr. Stockman dijera que las propuestas del Presidente Obama le parecían más acertadas que las propuestas del Partido Republicano, controlado –según él- por “fundamentalistas”.

En España, este fundamentalismo está alcanzando su máxima expresión en Catalunya, donde la reducción del déficit se está intentando alcanzar única y exclusivamente mediante recortes del gasto público (incluyendo el social), cuando incluso David Cameron está intentando disminuir el déficit (un 20%) también a base de subir los impuestos.  No así en Catalunya. Tales recortes, sin embargo, no sólo son perjudiciales para el bienestar de las clases populares, sino que son incluso contraproducentes, porque están disminuyendo la demanda y con ello contribuyendo a la falta de estímulo para el crecimiento económico. Estos recortes están llevando a España a la situación griega.

Por cada recorte que se hace en Catalunya (y en España) hay una alternativa mejor que podría reducir el déficit (déficit que debería reducirse más lentamente de lo que se propone) a la vez que crear empleo. Por ejemplo, en lugar de reducir el gasto sanitario un 10%, se podría hacer –tal como ha propuesto David Lizoain- un impuesto finalista para salud, como ha hecho la provincia de Ontario en Canadá que ingresaría en Catalunya más de mil millones de euros, con lo cual podría expandir el empleo en sanidad, que está a la cola de la UE-15. Podría también mantener el impuesto de sucesiones (400 millones de euros) que CiU ha eliminado, y el de patrimonio, centrándose en grandes fortunas (325 millones), introduciendo, además, un impuesto ecológico, 5 euros por cada vuelo que salga del Prat (150 millones) y gravando los súper beneficios y salarios de los banqueros, tal como sugirió, incluso, el Gabinete de Estudios del Fondo Monetario Internacional (600 millones), además de eliminar el fraude fiscal, que es alrededor de 7.000 millones de euros en Catalunya. En el área sanitaria, las Mutuas Patronales de Accidentes y Enfermedades Laborales deberían pagar al Servicio Catalán de Salud los más de 300 millones de euros que les debe para cubrir los costes de las enfermedades por causas laborales. Éstos y otros impuestos eliminarían el déficit de la Generalitat, además de ayudar a corregir la enorme subfinanciación del estado del bienestar en Catalunya y en España (en caso de que tales medidas se aplicaran también en las otras CCAA y en el estado español), creando empleo en los servicios públicos del Estado del Bienestar, que están hoy poco atendidos. Solo un adulto catalán, de cada diez, trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar en Catalunya (un número muy semejante en España). Como comparación, uno de cada cuatro suecos trabaja en tales servicios. Existe una enorme cantera de puestos en tales servicios, que deberían financiarse con los impuestos propuestos en este artículo. Que no se hagan se debe primordialmente a una falta de voluntad política por parte de los gobernantes de España y de Catalunya que no quieren antagonizar a poderosos sectores y grupos financieros y económicos. Prefieren, en su lugar, recortar el gasto público social que beneficia primordialmente a las clases populares. Así de claro.

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