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Article publicat per Vicenç Navarro al diari digital EL PLURAL, 19 de març 2012

Aquest article assenyala que la recuperació de l’economia nord-americana, major que la de l’Eurozona, no es deu a -com el govern Rajoy i el binomi Merkel-Sarkozy assumeixen- uns mercats laborals menys regulats i una menor protecció social, sinó a l’existència d’un sistema de governança del dòlar, molt més orientat a estimular el creixement econòmic i la producció d’ocupació que no el sistema de governança de l’euro, que està orientat primordialment a promocionar els interessos del capital financer a costa del creixement econòmic. A causa d’això, les polítiques d’austeritat, de reducció de la despesa pública, inclosa la social, i la reducció de salaris, tindran un efecte devastador en l’economia i en el benestar de la població espanyola.

La típica explicación que los economistas neoliberales dan al hecho de que EEUU se esté recuperando más rápidamente que la Eurozona, con un desempleo menor que el del promedio de la UE, es que EEUU tiene un mercado laboral más desregulado y una protección social menor. Según tales autores –muchos de ellos financiados o próximos a FEDEA, la fundación patrocinada por grandes bancos y por grandes empresas- (cuyos estudios han influenciado en gran manera la sabiduría convencional económica del país), la salida de la recesión económica exige desregular los mercados de trabajo y reducir la protección social. Su influencia en el gobierno Rajoy queda reflejada en las políticas públicas desarrolladas por tal gobierno, que se caracterizan por un enorme debilitamiento de la protección social y por una “agresiva” -como la llamó recientemente el Ministro de Economía, Luis de Guindos- reforma laboral que debilitará al mundo del trabajo.

El problema con tal planteamiento es que es erróneo, lo cual es, en realidad, fácil de demostrar. Si la menor protección social y mayor desregulación del mercado de trabajo de EEUU fueran las causas de la mayor producción de empleo y menor desempleo en EEUU, ¿cómo explican entonces tales autores que, durante el periodo que antecedió al establecimiento del euro en la Unión Europea, la tasa de creación de empleo y el desempleo fueran mayores en el promedio de los países que hoy constituyen la Eurozona que en EEUU, y ello a pesar de que la regulación del mercado de trabajo y la protección social fueran ya mayores en el promedio de estos países europeos que en EEUU? Miren los datos y verán que el crecimiento económico, la producción de empleo y el nivel de desempleo cambiaron en la UE a partir del establecimiento del euro (con la excepción de algunos países como España debido a la burbuja inmobiliaria). De ahí que haya que buscar las causas, no en el mercado de trabajo o en el nivel de protección social, sino en el sistema de gobernanza del euro versus el sistema de gobernanza del dólar, comenzando por la gran diferencia entre el Banco Central de EEUU (el Federal Reserve Board, FRB) y el Banco Central Europeo (BCE).

En EEUU, el Departamento del Tesoro (Department of the Treasury) imprime y vende bonos del Estado federal, que los compran un tercio inversores domésticos, otro tercio inversores extranjeros (entre los cuales el gobierno chino tiene un gran protagonismo) y el otro tercio las administraciones públicas. Entre ellas está el FRB. Éste puede comprar bonos públicos y lo hace imprimiendo tanto dinero como desee. Con este dinero rebaja el déficit del Estado federal y rebaja también los intereses, con lo cual estimula la economía y su crecimiento. El FRB tiene como mandato estimular la economía y facilitar la creación de empleo, además de controlar la inflación. No así el BCE, que como he escrito en otras ocasiones tiene como mayor objetivo controlar la inflación, incluso a costa de reducir el crecimiento económico y la producción de empleo. El mayor enemigo de la banca es la inflación (ver mi artículo “El Banco Central Europeo no es un Banco Central: ahí está el problema de la crisis de la deuda pública”. El Plural. 07/08/11 – o – “El BCE, el lobby de la banca”. Público. 08/12/11). El BCE no es un Banco Central a pesar de su nombre. Es, en la práctica, un enorme lobby de la banca, y muy en especial de la banca alemana.

Como funciona el Banco Central Europeo y sus consecuencias

El BCE imprime dinero pero (y es una enorme diferencia con el FRB), no puede comprar bonos directamente de los Estados miembros de la Eurozona. El BCE da dinero a los bancos (a unos intereses ridículamente bajos, a un 1%) y son éstos, los bancos, los que compran deuda pública a unos intereses elevadísimos. El BCE ha dado (perdón, prestado), nada menos que un trillón de dólares (la suma de una primera “ayuda” de 489.000 millones de euros en Diciembre de 2011, más 529.000 millones de euros este febrero, con un total de 1.018.000 millones de euros). Nunca antes se había dado tanto dinero a los bancos europeos. La intención de esta ayuda era que, con tal dinero, compraran la deuda pública a unos intereses muchas veces superiores a los intereses que los bancos tenían que pagar al BCE, forrándose de dinero. Cualquier persona mínimamente conocedora de asuntos financieros se podría preguntar “¿por qué el BCE no presta dinero directamente a los estados, en lugar de hacerlo a través de los bancos?”. La respuesta es fácil. Si se hiciera así, los bancos no gozarían de tales beneficios y ventajas. Es un auténtico chollo conseguir dinero gratis y con ello comprar productos, como bonos públicos, que dan intereses muy altos.

Sólo últimamente el BCE ha comprado directamente bonos públicos de los Estados, pero lo hace a regañadientes, a posteriori, y en cantidades insuficientes. Lo hace para evitar que los Estados colapsen y con ellos se colapse su deuda pública, con lo cual, los bancos tendrían un enorme problema, pues gran cantidad del capital que tienen es precisamente tales bonos. De ahí que la estrategia del BCE es no permitir que el paciente muera a fin de que los bancos continúen, como sanguijuelas, chupando su sangre. Para aquellos lectores que consideren esta imagen exagerada les aconsejo que aprendan economía financiera, y verán que los intereses de la deuda pública los marca, en realidad, el BCE. No existe plena conciencia entre muchos corresponsales económicos que los intereses de la deuda pública no los deciden –como siempre dicen- los famosos mercados financieros, sino el BCE. Su intervención o acuerdo de intervención es la fuerza determinante del nivel que tienen los intereses de la deuda pública de un país en la Eurozona. El mejor indicador de ello es que la deuda española ha ido bajando sus intereses sin que la economía española haya mejorado y causado tal descenso. La mayor causa del descenso ha sido la compra directa de bonos públicos españoles por parte del BCE. Esta es la realidad oculta a la población cuando se justifican todo tipo de recortes de gasto publico, incluyendo recortes en sanidad, educación, servicios domiciliarios, escuelas de infancia, pensiones y otros servicios y transferencias bajo el argumento de que hay que “dar confianza a los mercados”, la frase más utilizada en el discurso político de las derechas (y, en ocasiones, de las confusas izquierdas gobernantes).

El Banco Central Europeo es el que define los intereses de la deuda pública

En realidad, es el Banco Central Europeo, el que llama al Presidente del país o le envía una carta y le dice que, a no ser que haga reformas “agresivas” en el mercado de trabajo, o privatice las pensiones o los servicios del Estado del Bienestar, no le comprará deuda pública. Esta imposición la hace el BCE, bien directamente, bien a través de los Bancos Centrales de los Estados, o más frecuentemente a través del binomio Merkel-Sarkozy. La banca es la enorme beneficiaria de la llamada crisis de la deuda pública. Y la banca española ha sido una de las mayores beneficiarias. Ahora bien, ha llegado un momento que se han pasado de rosca. Han comprado tanta y tanta deuda pública, que ahora tienen pánico a que los Estados colapsen (que es lo que ocurrirá en Grecia) y no puedan pagar su deuda pública. De ahí que el BCE necesite cada vez prestarles más dinero para que compren la deuda pública, pues los bancos ya no se fían. Antes casi cada euro que recibían lo utilizaban para comprar deuda pública Ahora, sólo uno de cada dos, guardándose el otro (por regla general, depositándolo en el propio BCE) por si las moscas.

Otro problema con el BCE, distinto al FRB, es que en su control de los intereses del dinero, no es sensible a la necesidad diferencial existente entre los países para obtener crédito. Añádase a ello que los países, al utilizar la misma moneda, no pueden devaluarla para facilitar, por ejemplo, las exportaciones. De ahí que los países que tienen un crecimiento bajo, o incluso están en recesión, com Grecia, Portugal y España, tienen un problema grave, agravado además por no poder expandir su gasto público para estimular la economía porque el Pacto de Estabilidad no se lo permite.

Estas son las causas reales de que el 48% de la juventud de España esté desempleada. La supuesta rigidez del mercado laboral (España es uno de los países que han tenido mayor crecimiento del desempleo durante la crisis económica), o el “excesivo” gasto público (España es el país con un gasto público como porcentaje del PIB más bajo de la UE-15) o la “inflada” protección social (España tiene el gasto público social por habitante más bajo de la UE-15) no son las causas del elevado desempleo en España. Suecia, por cierto, (gobernada por conservadores durante estos años) tiene uno de los mercados laborales más regulados, mayor empleo público y mayor gasto en sus servicios y transferencias del estado del bienestar y tiene uno de los desempleos menores, y un mayor crecimiento económico entre los países de la UE-15.

La pregunta que el lector se hará es ¿por qué entonces el gobierno Rajoy está llevando a cabo unas políticas que son tan erróneas y que empeorarán todavía más la situación actual? Y la respuesta es fácil de ver (aunque el lector no la leerá en los mayores medios de información). El capital financiero, en alianza con la gran patronal, quiere utilizar la crisis para debilitar al mercado del trabajo y conseguir lo que siempre han deseado: bajar los salarios, privatizar el Estado del Bienestar, y debilitar la protección social. De ahí la “agresividad” de las reformas lideradas por el Ministro de Economía, el Sr. Luis de Guindos (que fue el director en España del banco estadounidense Lehman Brothers, cuyo comportamiento especulativo, carente de las más mínimas normas éticas, causó la enorme crisis financiera) y que hoy, con la ayuda del Sr. Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, está orquestando el ataque más frontal que la clase trabajadora y grandes sectores de las clases medias (es decir, las clases populares) han experimentado durante el periodo democrático.

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