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Publicado en el periódico digital EL PLURAL, 6 marzo 2009

Este artículo subraya uno de los mayores problemas que tiene la democracia española: la falta de diversidad ideológica de sus medios de información. Presenta ejemplos de esta falta de diversidad, mostrando la cobertura mediática de lo que está ocurriendo en Venezuela, como ejemplo de este sesgo –cuando no manipulación de la noticia- incluyendo una visión más equilibrada de los pros y contras de aquella experiencia política.

Su escasa diversidad ideológica
Supongan ustedes que una universidad cualquiera de España invitara a los directores de los cuatro diarios escritos más importantes del país para que hablaran sobre democracia y libertad de expresión en España. Y supongan también que los estudiantes de aquella Universidad se movilizaran para impedirles que hablaran en la mesa redonda donde los principales responsables de los medios de información del país tenían programado exponer sus puntos de vista. Como resultado de esta movilización, los estudiantes alborotarían durante el acto, forzando su cancelación. Pues bien, les garantizo que si estos hechos ocurrieran en España serían la noticia del día. Todas las personas que configuran la sabiduría convencional del país levantarían sus voces clamando al cielo, denunciando a los estudiantes como antidemócratas e incluso algunos los acusarían de fascistas. No duden de que el número de insultos sería enorme.

Pues bien, estas mismas voces de protesta expresadas en defensa de la democracia y de la libertad de expresión permanecen calladas frente a la constante violación de la libertad de expresión y cultura democrática en nuestro país realizada por aquellos medios de información al discriminar, excluir y no permitir expresar su opinión a las izquierdas en este país. He vivido en varios países durante mi largo exilio y en ninguno de tales países –Suecia, Gran Bretaña y EE.UU.- hay tan escasa diversidad ideológica en los medios de información como en España. Un tanto similar ocurre en la televisión sea esta publica o privada. En un país, como el nuestro, en que los votos a los partidos de centroizquierda e izquierda en prácticamente todas las elecciones a las Cortes Españolas, excepto en los años 1978 y 2000, han sumado un número mucho mayor que los votos a las derechas, nos encontramos con que las voces de izquierda son minoritarias en la mayoría de tales medios. Esta discriminación aparece en el número escaso de autores de izquierda en las páginas de opinión de tales medios. Muestra de ello son muchos ejemplos fáciles de mostrar.

La falta de objetividad en el análisis de Chávez
El lector puede mirar, por ejemplo, el número de artículos de opinión publicados en los cuatro diarios más importantes del país que hayan sido críticos del gobierno Chávez de Venezuela y compararlo con el número de artículos favorables a aquel gobierno. Pues bien, durante el periodo 2008-2009 ha habido 37 artículos contrarios al gobierno Chávez. En cambio, no han publicado ni uno (repito, ni uno) favorable al gobierno Chávez. En realidad es mucho más fácil encontrar artículos y programas televisivos contrarios al gobierno Chávez en Venezuela, que artículos o programas favorables a Chávez en España. En base a este hecho podría concluirse que existe mayor diversidad ideológica en los medios de información venezolanos que en los medios españoles. Un artículo representativo de cómo se informa a la población española sobre la realidad venezolana es el del articulista de El País, Antonio Elorza, que en su artículo “Eclipse de la Democracia” (27/02/09), tras homologar a Chávez y a Evo Morales con Berlusconi, habla del “caos de la política económica llevada a cabo por el gobierno Chávez” sin citar ningún dato que avale tal conclusión. En realidad, el prestigioso centro de estudios económicos de Washington, CEPR (Center for Economic and Policy Research) en su análisis de los indicadores económicos y sociales durante los últimos diez años en Venezuela, da un notable alto a las políticas económicas del gobierno Chávez. Entre otros indicadores, CEPR muestra que Venezuela ha sido uno de los pocos países que han conseguido sobrepasar el objetivo del programa de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas (de reducir la pobreza extrema a la mitad) disminuyendo de un 25% de la población en 2003 a un 7,6% en 2007. También ha visto una de las reducciones de las desigualdades más notables ocurridas en Latinoamérica. Tal gobierno ha reducido también el desempleo en diez años, pasando del 11,3% al 7,8%, habiendo a la vez aumentado la población que recibe beneficios de la Seguridad Social (doblándola), consiguiendo ello a la vez que ha reducido la deuda pública pasando de un 30% a un 14% del PIB (ver Chavez Administration at 10 years: The Economy and Social Indicators. CEPR). Todos estos datos y otros son ignorados por la mayoría de artículos anti Chávez, acentuando sólo los aspectos que ellos definen como negativos (tales como el deseo de tener un sistema electoral como el español que permite la reelección de los cargos, mostrándolo como muestra de una supuesta vocación dictatorial del Presidente Chávez).

Nueva manipulación mediática
Este sesgo en la información junto con el desconocimiento de aquella realidad explica que en una de las encuestas de popularidad de dirigentes políticos internacionales, Chávez apareciera como el gobernante menos valorado por el publico español, incluso peor valorado que el Presidente Bush, algo realmente sorprendente, pues es fácil demostrar que Bush ha sido una amenaza mucho mayor para la paz en el mundo y para la población de su propio país que el Presidente Chávez. Al sesgo de las noticias sobre aquel país hay que incluir una grosera manipulación. Los mismos medios de información que citaron la encuesta “Latinobarómetro 2007” (publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas) en donde se mostraba que el Presidente Chávez era el dirigente internacional peor valorado entre los españoles, ignoraron que según la misma encuesta la población venezolana era de las encuestadas en Latinoamérica la que indicaba en mayores porcentajes que “su Gobierno actuaba para el bien de la población”, que “buscaba el bienestar de la población”, que “más confiaba en su gobierno”, que “mayor satisfacción expresaba con la situación económica y social del país”, y la que tenía “mayor confianza en los partidos políticos, y era el segundo país en Latino América en la creencia de que “la democracia funcionaba bien en su país”, y que “estaba satisfecho con la democracia”. Ninguno de estos resultados de esta encuesta fue dado a conocer por aquellos medios que informaron que Chávez era el gobernante menos popular entre los españoles.

Quisiera aclarar que el objetivo de mi artículo no es defender o promover las políticas públicas de Chávez (de las cuales hay muchas criticables) sino el denunciar la falta de objetividad y equilibrio que existe en gran número de medios que informan sobre aquella realidad. Cualquiera que fuera la evaluación que un observador hiciera de aquel gobierno debiera preocuparle (por mera sensibilidad democrática) la escasa diversidad ideológica existente en tales medios.

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