Texto obtenido de una noticia aparecida en el diario Públic el 10 de agosto de 2010
De los 13 profesionales y expertos que participaron en la redacción del segundo Informe Vilardell, cuatro quisieron explicitar en votos particulares sus críticas y matices a una posible fórmula de copago sanitario, a pesar de que el redactado final ya dejaba claro que no había un acuerdo en este sentido.
Vicenç Navarro
Licenciado en Medicina y Cirugía y catedrático de políticas públicas
La aportación de Vicenç Navarro es la más extensa y precisa. Analiza diversas fórmulas de copago. Por un lado, habla del pago de un euro por cada visita como fórmula para evitar que el usuario abuse del sistema. «En realidad, no hay evidencia de que haya este abuso», señala. Así, afirma que, aunque las visitas sanitarias por habitante son superiores a la media europea, «un 30% se deben a visitas de tipo administrativo (…) y el otro 20% son cuidados que en otros países cubre el personal de enfermería». Así, apunta que por el contrario, la media de «visitas estrictamente clínicas, médicas» es similar a la europea y que el efecto disuasorio del euro sólo existiría en las rentas bajas.
En cuanto a la posibilidad de que pensionistas ricos paguen parte de los medicamentos, Navarro alerta de los peligros de limitar la universalidad del servicio.
Finalmente, el catedrático sí aceptaría que algunos servicios como la odontología o la podología se pagaran, pero con precios regulados, siempre que el gasto público no pudiera cubrir.
Josep Maria Via
Doctor en Medicina y Cirugía y máster en administración de servicios
En su aportación particular, Vía considera que «no se puede plantear ningún tipo de copago además de los mencionados en relación con el confort y los medicamentos en la medida que no se evidencie de manera explícita la implantación de medidas de mejora de la eficiencia y los resultados de estas medidas». Del mismo modo, destaca que previamente hay que resolver «el agravio comparativo en materia de financiación autonómica que sufre Catalunya en relación con el conjunto de España».
Santiago Marimón
Licenciado en administración y dirección de empresas
Marimón apunta que, a su juicio, «una redistribución del copago actual en función de la renta debería ser, en todo caso, posterior a la supresión de costes innecesarios y disfunciones existentes en introducir, difundir y dispensar los medicamentos».
Joan Ramon Laporte
Licenciado en medicina y catedrático de farmacología
Laporte denuncia que el copago «descarga la responsabilidad sobre las ineficiencias del sistema de salud en el usuario» y que «el hecho de que la intensidad del copago dependa de la renta declarada crea desigualdad, porque es bien sabido que el nivel de fraude fiscal aumenta con el nivel de renta».