may 03

Ha habido una amplia difusión en España de las denuncias hechas por ARA y el Diario.es en las que se me ha acusado de maltrato laboral con personas que han trabajado conmigo a lo largo de mi trabajo en la Universidad Pompeu Fabra. Es una acusación grave.  Y que en caso de que algunas de las acusaciones fueran ciertas, pediría disculpas a las personas que se hayan podido sentir afectadas. A lo largo de mi extensa carrera me he relacionado con muchísimas personas y es posible que en casos aislados haya habido desavenencias y que haya cometido errores. Ello significaría una contradicción con los valores que sostengo, al originar dolor y malestar que debiera haberse evitado y prevenido por todos los medios.

Pero también hay que denunciar que, en nombre de la defensa de causas justas, se desarrollen campañas para fines de sensacionalismo mediático y/o interés político, y que se utilicen métodos de investigación claramente sesgados e injustos para alcanzar su fin. En ninguno de los supuestos trabajos de investigación realizados por los diarios citados se me informó que tales investigaciones se estaban haciendo, permitiéndome también aportar evidencia que pudiera contrastar con sus acusaciones. Se me comunicó, solo un día antes de que salieran tales artículos (con enormes falsificaciones y errores) de la existencia de tales investigaciones, sin darme el tiempo necesario para poder responder adecuadamente.

Por otra parte, las acusaciones que citan los diarios contrastan con que durante casi la totalidad de mis 25 años de trabajo en la Universidad Pompeu Fabra y en su instituto, el Barcelona School of Management (BSM), nunca recibí de los Departamentos de Recursos Humanos de ambas instituciones, ninguna comunicación que implicara una queja de mal comportamiento con personal de mi equipo de trabajo. Y solo poco antes de retirarme, en 2021, se me comunicó por parte de la Dirección de BSM que se había hecho una investigación sobre supuestos maltratos, de lo cual nunca se me había consultado ni informado y de cuyo informe se me negó acceso. Por lo demás, las personas responsables, como los directores de departamentos, u otras autoridades, o colegas, nunca me transmitieron tal tipo de quejas. No es cierta, pues, la imagen trasmitida en los artículos, de que fuera ampliamente conocida en la UPF mi supuesta “monstruosidad” en cuanto a mi trato con muchas de las personas que trabajaron conmigo. Esta supuesta mala fama contrasta con la muy buena relación profesional y de amistad que sigo teniendo con muchos de los colaboradores y colaboradoras que tuve en mi paso por la UPF, habiendo recibido muchos agradecimientos por mi trabajo, no solo de rectores anteriores y profesores, sino también de estudiantes y personal administrativo que trabajó conmigo, habiendo ocurrido uno de ellos recientemente, solo hace dos meses, un acto celebratorio agradeciendo mis servicios y aportes durante los muchos años en la Universidad. No creo que tales actos hubieran ocurrido si yo tuviera esa fama de monstruo explotador en tal centro académico. Las personas que conocí, y con las cuales colaboré por tantos años, no hubieran estado callados por tanto tiempo si las monstruosidades de que se me acusa hubieran ocurrido.

Ni que decir tiene que, a lo largo de mi larga estancia en la UPF, una de las etapas más productiva y agradables en mi larga vida académica, hay la posibilidad de que haya podido haber cometido errores, por los cuales pido disculpas en aquellos casos en que pudieran haber ocurrido. Y que esperaría también poder contribuir a resolver tales problemas que deberán desaparecer del mundo del trabajo. Es bien conocido que a lo largo de mi carrera he tenido gran admiración y respeto por la mayoría de las personas con quienes he trabajado y por quienes siento un enorme agradecimiento, como lo he constatado en muchas publicaciones e indicado personalmente. De ahí que quiera acentuar que rechazo, por injusta e inmerecida, la demonización y linchamiento que se ha hecho de mi persona recientemente en España por estos y otros medios para desacreditar toda mi carrera académica y vida política que ha dado como consecuencia el que yo hoy no tenga acceso a ningún diario en este país, para poder incluso responder a tales acusaciones, o ni siquiera para poder opinar sobre cualquier otro tema de interés público.

27 de abril de 2023

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