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Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 22 de agosto de 2011

Este artículo señala que el problema mayor que tiene la economía española es la escasa demanda de bienes y servicios resultado de una pérdida de capacidad adquisitiva de la población (acentuada por el elevado desempleo) y del Estado (resultado de la reducción de impuestos -que benefició a las rentas del capital y a la rentas superiores- que crearon un déficit público estructural) acentuada por los recortes de gasto público social. Las políticas de austeridad que se están realizando están dificultando la recuperación económica. La solución consiste en hacer reformas fiscales progresistas que permitan la expansión del gasto público y la creación de empleo.

Lo que está ocurriendo en la economía española es fácil de entender. La economía no está creciendo y ello se debe a que la población ha dejado de comprar bienes y servicios como solía hacer antes y ello como consecuencia de que está profundamente endeudada. Las empresas también han disminuido su producción de bienes y servicios porque la demanda por tales bienes y servicios ha bajado, resultado de la disminución de la capacidad adquisitiva de la población y consecuente endeudamiento.
Paralelamente, el Estado está recortando el gasto público a fin de reducir el déficit público que erróneamente se considera la causa del escaso crecimiento económico. El dogma neoliberal al cual los establishments económicos, políticos y mediáticos se adhieren, postula equivocadamente que la causa de que la economía no crezca se debe al elevado déficit público.
Economistas neoliberales como Sala i Martín continúan machaconamente insistiendo en que el problema mayor que tiene España es lo que consideran excesivo endeudamiento público (“Crisis: liderazgo político”, La Vanguardia, 17/08/11), cuando en realidad, la deuda pública está por debajo de la media de la Eurozona. Es más, tal argumento que atribuye el problema del estancamiento de la economía al endeudamiento se olvida de preguntar ¿por qué la gente y el Estado están endeudados? Si se hicieran la pregunta y miraran los datos, verían que la capacidad adquisitiva de la población (la demanda doméstica) se ha ido reduciendo, y los ingresos al Estado han ido disminuyendo, en parte como resultado de la reducción de impuestos. Tales autores neoliberales parecen desconocer porqué los ingresos al Estado se redujeron y porqué la gente tiene que endeudarse.
Es interesante también ver el error o la falsedad del argumento que se utiliza para sostener la tesis de que la disminución del déficit y de la deuda facilitará a España a salir de la recesión. Se nos dice que el consumo de recursos por el sector público crea una escasez de fondos en el sector privado. Pero el problema que tiene el mundo empresarial es que el sector privado está estancado por la falta de demanda. De ahí la enorme importancia de estimular la economía mediante el gasto y el empleo público.

El paro empeora el problema de la demanda
No es pues de extrañar que la economía no crezca y que la tasa de participación de la población adulta en el mercado de trabajo continúe bajando, pues el número de puestos de trabajo que se están creando está descendiendo y el de puestos de trabajo que se están destruyendo está aumentando, con lo cual el número de personas en paro ha alcanzado unas cifras claramente alarmantes que determinan un enorme sufrimiento humano. Carles Muntaner i Joan Benach, dos investigadores de gran credibilidad y prestigio científico, el primero de la Universidad de Toronto y el segundo de la Universitat Pompeu Fabra, han documentado el enorme coste humanos que significa estas tasas de paro no solo entre la población desempleada sino también entre la población empleada creando una enorme inseguridad entre toda la población.
Pero además de ser un enorme problema humano y social, el elevado desempleo y baja tasa de ocupación en la población es un grandísimo problema económico. Contribuye a la disminución de la demanda y por lo tanto al estancamiento económico.
Frente a esta situación lo que el Estado debería hacer es estimular tal demanda y crear empleo. Ni los ciudadanos ni las empresas pueden ahora estimular la economía: lo tiene que hacer el Estado. Esto es lo que ha ocurrido siempre cuando un país ha estado en una recesión tan profunda como la actual, pareciéndose más a una depresión que a una recesión. Ocurrió así durante a la Gran Depresión de principios de siglo XX y durante el periodo post II Guerra Mundial en Europa. En ambos casos, los países salieron de la recesión a base de estimular la economía mediante el aumento del gasto público y la creación de empleo. En realidad, esta experiencia histórica demuestra que es impensable que se salga de una elevada recesión sin un enorme estímulo económico que el Estado tiene que liderar con un gran aumento del gasto público a fin de crear empleo.
El argumento en contra de tal alternativa, frecuentemente utilizado por autores neoliberales y conservadores, es que el Estado no tiene recursos, lo cual es fácilmente demostrable que no es cierto. Los Estados tienen recursos, lo que ocurre es que no los recogen.
España es un ejemplo de ello. El nivel de riqueza del país permitiría un mayor gasto público para estimular la economía y crear empleo. Pero no lo hacen. De ahí que sean los Estados de la periferia del euro (Grecia, Portugal, Irlanda y España) los que están en el centro de la Gran Recesión, con elevadas tasas de desempleo. Sus Estados tienen unos ingresos muy bajos resultado de unas políticas fiscales muy regresivas en los que la gente con más recursos y las rentas del capital no están contribuyendo como deberían (ver mi artículo en Le Monde Diplomatique, “No hay fatalidad, existen alternativas”, Agosto 2011, www.vnavarro.org). Y ahí está el problema. La situación en España es vergonzosa. Las grandes empresas pagan menos impuestos que las medianas y pequeñas empresas, y las rentas superiores gravan menos que las rentas medias y bajas. Según el informe del colectivo de técnicos del Ministerio de Hacienda, GESTHA, el tipo efectivo del Impuesto de Sociedades de las empresas que facturan más de 180 millones de euros es 19,5%, cuatro puntos menos que el tipo efectivo de las empresas que facturan hasta 60.000 euros (23,9%). Un tanto semejante ocurre en el IRPF. A mayor renta, menor es el tipo efectivo. En total, la evasión fiscal de las grandes fortunas, corporaciones empresariales y grandes empresas fue de 42.711 millones de euros en 2010, lo cual representa el 71,8% de toda la evasión fiscal. Estos datos muestran que no es que no existan recursos. Lo que ocurre es que el Estado no los recoge.
Otro argumento que también se utiliza, incluso desde sectores de las izquierdas, en contra de que se aumente el gasto público es que, aceptando que esto es necesario, creen que ello no puede hacerse en solo un país. Inmediatamente sacan del bolsillo argumentativo el caso del gobierno Mitterrand indicando que tal gobierno se vio forzado a renunciar a las políticas expansivas prometidas en su programa, pues estimulaba el consumo de productos importados pero no los exportados, empeorando la balanza de pagos. Pero muchos autores han mostrado que el problema de Mitterrand fue que se opuso al cambio del valor del franco, queriendo mantener el franco fuerte, con lo cual se perdió la oportunidad de incrementar sus exportaciones a costa de sus importaciones. En realidad España podría seguir unas políticas expansivas distintas a las de austeridad, si realizara la reforma fiscal que corrigiera su gran regresividad. El hecho de que esto no se haga se debe al excesivo poder que tienen los grupos con mayores medios, y su abusiva influencia sobre las instituciones mediáticas y políticas del país.

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