oct 16

Entrevista al Profesor Navarro por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), publicada en la revista CARRER, septiembre de 2013

Pregunta (P)

Los datos del 2013 confirman que combinar más impuestos y menos salario para las clases baja y media frena el consumo, disminuyendo más la actividad económica. Y bajan los ingresos del Estado. ¿Qué provecho saca el establishment del país hundiéndolo?

Respuesta (R)

Le aconsejo que nunca se refiera a un sector de la población como perteneciente a las clases bajas. Catalunya no es un país dividido en castas. Diga clases de renta baja, pero no clases bajas. Respondiendo a la pregunta, hoy hay un intento, que está teniendo éxito, de reducir el estado del bienestar, acompañado con un ataque frontal al mundo del trabajo con reducción de los salarios y de la protección social. Las rentas del trabajo han ido disminuyendo de una manera espectacular mientras que las rentas del capital han crecido como nunca. Por primera vez en la época democrática las rentas del capital son más grandes que las rentas del trabajo. Las fuerzas conservadoras y neoliberales están consiguiendo lo que siempre habían querido.

(P)

Las fábricas catalanas cierran y reducen plantillas al mínimo. Pero los países más fuertes mantienen el modelo fabril de producción. ¿Se podría hacer un plan de reindustrialización?

(R)

No ha habido una política de industrialización ni en Catalunya ni en España ni tampoco un intento deliberado de estimular la creación de ocupación, tanto pública como privada. El estado en España ha estado siempre ayudando al capital financiero. El último ejemplo es el rescate bancario, que ha supuesto unas enormes pérdidas de dinero público que se hubieran podido gastar para crear ocupación. El problema más grande que tienen Catalunya y España es el paro, la baja ocupación, y la insuficiente capacidad adquisitiva de la ciudadanía debido a los salarios bajos. Esta limitada demanda doméstica es la raíz del problema económico. Creer que las exportaciones nos sacarán del agujero económico es ignorar la experiencia de América Latina de los años 90. Las exportaciones están aumentando y, en cambio, la economía continúa estancada.  Se requiere una inversión pública mucho más amplia que la actual para poder ayudar al sector privado a crear ocupación.

(P)

¿Ve viable la idea de salir del euro y recuperar soberanía económica como alternativa para luchar contra la crisis?

(R)

Se tiene que abrir un debate en España sobre la conveniencia de salir del euro. La situación actual es intolerable y se tienen que buscar alternativas sea donde sea. Las políticas actuales condenarán a Catalunya y España a un paro muy elevado. De ahí que se tenga que explorar la posibilidad de que España recupere su moneda y también su banco central. Hoy no controla la moneda y el Banco Central Europeo no es un banco central sino un lobby de la banca.

(P)

Denuncia que un 1% de la población (multimillonarios, banqueros y grandes empresarios) imponen su voluntad al 99% restante. ¿Esto no ha pasado siempre?

(R)

Desde hace muchos años, nunca habíamos encontrado una concentración de la riqueza tan acentuada como ahora. En este momento, el capital financiero domina la vida no solo financiera sino también económica, política y mediática. Nunca, durante la época democrática, habíamos encontrado esta concentración del poder.

(P)

Después de la Revolución Francesa llegó Napoleón, las revoluciones liberales del siglo XIX fracasaron y perdimos la Guerra Civil. ¿No valoramos demasiado la capacidad real de la izquierda para impulsar cambios?

(R)

No, imagínese por un momento qué hubiera pasado en Catalunya y en España si no hubieran existido las izquierdas. Las izquierdas siempre son las que han presionado más para mejorar el bienestar social y la calidad de vida de los ciudadanos. La historia de Catalunya y España lo muestra claramente. El gran retraso social de Catalunya y España se debe a la gran debilidad de las izquierdas en comparación a los países escandinavos y nórdicos.

(P)

¿Viviremos un estallido social?

(R)

Ya estamos viviendo un estallido social. Nunca habíamos visto, durante el periodo democrático, tanta agitación social. Y las instituciones del estado están perdiendo legitimidad muy rápidamente. Estamos viendo el final de una etapa y el inicio de otra.

(P)

¿Cree que si un gobierno europeo quisiera imponer, realmente, impuestos a los más ricos y al poder financiero le dejarían hacerlo?

(R)

El establishment europeo está controlado por el capital financiero, que no facilitará que se hagan políticas redistributivas. De ahí la enorme importancia de que, o bien se cambie la estructura de poder en la establishment europeo, o salimos de esta eurozona que nos está ahogando. También quiero subrayar que dentro de la UE hay todavía muchos espacios para hacer políticas redistributivas. El gobierno Zapatero congeló las pensiones para conseguir un ahorro de 1.200 millones de euros. Hubiera conseguido más dinero, 2.552 millones de euros, eliminando las reducciones de los impuestos de sucesiones. Lo mismo con Rajoy. Hizo un recorte enorme de 6.000 millones de euros en la sanidad pública. Hubiera conseguido 5.600 millones si hubiera eliminado la bajada de impuestos de sociedades a las empresas que facturan más de 150 millones de euro al año y que representan solamente un 0,12% de todas las empresas. Si los gobiernos no toman estas medidas no se debe a Frankfurt, Bruselas o Madrid, como se dice aquí en Catalunya, sino a la enorme influencia de los grupos económicos y financieros sobre las instituciones políticas y mediáticas del país.

(P)

¿Han traicionado los políticos de la democracia el espíritu de los que lucharon contra la dictadura?

(R)

La transición de la dictadura a la democracia fue inmodélica porque las fuerzas conservadoras controlaron el proceso. Hoy, 35 años después, estamos a la cola de la Europa social y el estado nunca ha aceptado la plurinacionalidad de España. Hace falta una segunda transición de una democracia incompleta a una democracia real que corrija el enorme retraso social del país y acepte que cada nación, dentro del Estado, pueda decidir sobre lo que quiera, incluyendo su autodeterminación.

(P)

¿Cree que Catalunya saldría ganando, económica y socialmente, si fuera un estado propio?

(R)

Dependería de qué fuerzas políticas dominan la transición. Si son las derechas, dudo que Catalunya esté mejor. Imagínese un ministro de Economía y Finanzas de la Catalunya independiente que privatice las pensiones, como uno de los economistas independentistas con más visibilidad mediática está aconsejando. Las clases populares, entonces, estarían peor. Se dice que ahora hace falta la independencia y después ya lo resolveremos entre los catalanes, pero esto no tiene en cuenta que las fuerzas que dominen la transición controlarán la nueva Catalunya. El ejemplo de España es relevante. Se hizo una transición inmodélica, dominada por las fuerzas conservadoras y neoliberales, y que produjo una democracia incompleta y un bienestar social insuficiente. El que controle la transición controlará la futura Catalunya y me preocupa que algunas de las fuerzas que están dominando el proceso tienen poca sensibilidad democrática, como queda claro en su control de los medios públicos de información. Para mí, el punto clave de lo que es mejor para Catalunya es qué es mejor para las clases populares y no estoy seguro que alguna de las fuerzas que están dominando la transición sean las más adecuadas para el bienestar social. El retraso social de Catalunya se debe no solo al déficit fiscal con España, sino también a la gran influencia de las fuerzas conservadoras en la historia de Catalunya, tanto en la dictadura como en la transición. De esto nunca se  habla.

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