feb 14

En 2023 se cumplió 50 años del golpe militar en Chile liderado por el general Pinochet contra el gobierno democráticamente elegido presidido por Salvador Allende, que tuvo un enorme impacto negativo en la salud y el bienestar de la mayoría de la población chilena. El objetivo de ese golpe era reemplazar el Servicio Nacional de Salud de Chile y las reformas del gobierno democrático para ampliar el acceso universal a la atención médica a toda la población (beneficiando principalmente a la mayoría de la población, es decir, las clases populares) por un sistema privado con afán de lucro  y orientado al mercado como el que existía en los Estados Unidos, cuyo gobierno, encabezado por el presidente Nixon, apoyó el golpe porque temían que las reformas de Allende pudieran extenderse a otros países latinoamericanos. Las consecuencias de aquel acontecimiento fueron sumamente negativas no sólo para la población chilena sino también para muchos otros países de América, incluido Estados Unidos.

El aniversario de esos acontecimientos pasó casi desapercibido en Estados Unidos.  No así en muchos otros países. Una de las revistas médicas más importantes de ambos lados del Atlántico Norte, The Lancet, con sede en Gran Bretaña, me invitó a mí, quien había tenido el privilegio de asesorar al Presidente Allende y había escrito extensamente sobre las políticas de salud llevadas a cabo por su gobierno, para escribir un breve artículo sobre los principales temas que deben recordarse de ese evento. Una cosa que es necesario aclarar es que las principales fuerzas detrás del golpe fueron los intereses empresariales corporativos nacionales chilenos e internacionales , incluyendo de EEUU y las clases privilegiadas chilenas que se opusieron a las políticas redistributivas del gobierno de Allende en favor de los intereses de las clases populares. Otra aclaración importante es que no fue Estados Unidos sino el gobierno estadounidense, específicamente la administración de Nixon, quien apoyó activamente ese golpe militar. Estados Unidos no era ni es ahora un país de 300 millones de imperialistas. La mayoría de las clases populares en Estados Unidos estaban muy descontentas con el modelo sanitario que Pinochet y Nixon querían aplicar en Chile. Tenían experiencia de primera mano del modelo que la dictadura y el gobierno Nixon querían imponer al pueblo chileno. Las encuestas mostraban en EEUU un alto porcentaje de personas insatisfechas con los servicios de salud privados, con afán de lucro y orientados al mercado que existía, y continúa existiendo en aquel país. Y hubo considerable simpatía entre los expertos en salud pública de Estados Unidos hacia muchas de las reformas salubristas y sanitarias que Allende implementó, incluidas las medidas de salud pública que habían sido objeto de especial represión por parte de la dictadura. La Asociación Estadounidense de Salud Pública denunció la brutal represión a la que fue sometida la comunidad de la salud pública por parte de la dictadura, con cierto impacto en la obtención de la liberación de reconocidos profesionales de la salud pública chilenos detenidos en campos de concentración y prisiones. Todas estas cosas han sido olvidadas en los principales medios de comunicación de Estados Unidos, incluidos los medios médicos.

Puede seguir este enlace al artículo de The Lancet en caso de que esté interesado.

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